EL FORMATO DE RUTINERARIO ES OBRA DEL POETA FRANCO MUZZIO QUIEN EN CONJUNTO CON LOS MIEMBROS DEL COLECTIVO CULTURAL CULTURAALAVENA LO IMPLEMENTO Y PRESENTO POR PRIMERA VEZ EL 31 DE AGOSTO DE 2007 EN LA BIBLIOTECA DE SANTIAGO, CON GRAN EXITO. NUEVAS VERSIONES DE ESTE NOVEDOSO FORMATO VENDRAN EN EL FUTURO, Y PUEDEN SER REALIZADAS A PEDIDO.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Interna de Medicina

1.- Otra vez este maldito despertador. 6:30. Se viene otro día. Los ojos aún entrecerrados, por el peso de los sueños… Así y todo, me levanto y parto al baño. Dejo abierta la llave del agua… Lleno también el hervidor para mi desayuno. Qué tocaba hoy??? San Joaquín, Marcoleta, Sótero??? Ahh, de veras. Cuento más o menos mis pacientes. Ok, ya se calentó el agua. Me lavé el pelo ayer o anteayer?? Ayer, entonces hoy no. El agua me despierta un poco. No niego que me gustaría volver a mi cama. Elijo mentalmente mi ropa, termino de enjuagarme y salgo. El agua ya hirvió.

2.- Ya terminé el desayuno. Maldición, otra vez tarde!!!!!! Bajo las escaleras, abro el candado de la reja, que a veces se desarma, y salgo. En el camino telefoneo a mi papá a veces, me entero de alguna novedad familiar mientras cruzo las calles y el parque. Me recibe a veces en el Metro un flautista que pide monedas a cambio de su música. Camino apurada a través de la gente, mirando de reojo si el tren llega o no. Me instalo a esperar.

3.- Deje bajar antes de subir… No me apriete, señor!!!!!!!!! Ya. Por fin. Empieza el movimiento del tren, con ese sonido agudo sobre el que me preguntado mil veces qué lo causa.

A veces llevo el diario, pero si no, es entretenido observar a la gente. He visto metamorfosis impresionantes por maquillaje, tristezas guardadas, problemas en vías de resolución, madres apremiadas, planeación de asaltos… El Metro da para todo. Mi estación, aquí me bajo.

4.- Comienza la jornada. A veces una reunión, a veces directo al box. Esta vez son especialidades. Paciente tras paciente, entre agudezas visuales, tinciones de fluoresceína, luces azules, fondos de ojo, o pueden ser otoscopías, tímpanos en las condiciones más extrañas, narices sangrantes, dermatoscopios… A veces algún personaje interesante. Mañanas de docencia o de tortura, según el médico de turno. Señora, mire un punto fijo, le voy a poner unas gotas, aquí está su receta, control en un mes. Terminamos.

5.- Al casino entonces. Sacar la bandeja, cubiertos, entrega el vale. Plato, postre, jugo, pan, elija. Nos sentamos entre los compañeros a comentar las peripecias de las distintas mañanas compartidas y separadas, las novedades de ayer en la tarde. Bocado tras bocado, se entretejen las historias, los pensamientos, las opiniones, las esperanzas, las confidencias. Ya es la hora. Tan rápido. Se me manchó el delantal??? No, menos mal. Aquí vamos de nuevo.

6.- Volver a mis pacientes. Esta vez un poli general, con historias variadas, entre quejas de dolores, algunos físicos, otros del alma. ¿Cuándo comenzó? ¿Cómo le duele? ¿Cómo está el ánimo? Entrando a los mundos personales, las puertas abiertas de dimensiones insospechadas, buscando la mejor alternativa. Pasan las horas, entre paciente y paciente siempre hay algo en que vale la pena pensar. Apúrate, tan lenta!!!! Magali, ¿Hay más pacientes? Una jornada más se acabó.

7.- Desandando el camino de la mañana. A veces tengo suerte y algún compañero me lleva.

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